Existen películas que son muy recomendables porque otorgan protagonismo a las personas mayores que tristemente, con frecuencia, ocupan un lugar secundario en la sociedad actual. Es suficiente con observar los programas de televisión para comprobar cómo se potencia el valor de la juventud. Sin embargo, siempre existen gratas excepciones a la norma.
Este es el caso de la película El Abuelo que Saltó por la Ventana y ser Largó es un claro ejemplo de ello.
Cuenta la historia de Allan Karlsson, un hombre que a punto de cumplir cien años se escapa de la residencia para iniciar una nueva etapa. ¿Cuáles son las lecciones de felicidad que nos deja ver la película?
Una gran película para reflexionar
1. En primer lugar, es un canto al carpe diem que potencia el valor del aquí y del ahora. En una sociedad que nos impulsa a la prisa y a dejarnos llevar por la corriente, esta película nos ofrece el mensaje esperanzador de que la vida cambia a cualquier edad.
2. El protagonista de la película aprovecha su tiempo de verdad. Toma las riendas de su vida mostrando que para iniciar una nueva etapa no es necesario tener más en el equipaje que ilusión y ganas de tener un cambio.
3. Esta película es un canto al valor de la experiencia que suma sabiduría vital y vivencias. Por tanto, el espectador puede interiorizar la importancia de hacer las paces con su pasado para vivir el ahora.
4. Esta película es una gran enseñanza en contra del pesimismo. En la vida siempre existe esperanza, es decir, siempre surgen nuevas oportunidades pero eres tú quien, como el protagonista de la película, debes animarte a abrir tus manos para recibir todo lo bueno que la vida tiene que ofrecerte.
5. Las relaciones personales son muy importantes. No dejes que el contacto virtual que por supuesto también es fantástico, te prive de la posibilidad de disfrutar de las relaciones presenciales.
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