El embarazo es un proceso natural en el cual no hay que cambiar muchos hábitos aunque si seguir una serie de precauciones.
El embarazo cambia la vida, tener un hijo provoca que todo lo que hasta ahora hacías probablemente tengas que cambiarlo. Se convierte así en un proceso tan deseado y emocionante como temido.
Desde que se sabe que se esta embarazada, desde que se ve e interpretas en el «predictor» la señal que anuncia 9 meses de cambios en tu cuerpo, comienzan los temores y las dudas sobre si se estará llevando a cabo correctamente el estilo de vida. Si todo va bien, no habría por qué preocuparse pero si que exigen los teratógenos a los que temer. Son aquellas sustancias externas que pueden provocar problemas o anomalías en el feto. Van desde las drogas hasta el alcohol pasando por diversos medicamentos.
Prohibido el alcohol. Debe evitarse a toda costa. Aunque creas que no pasa nada por esa cerveza del mediodía no es nada recomendable ya que no sé sabe cuál es el límite que el feto puede tolerar y si se sabe que los daños mentales o físicos para tu bebé pueden ser irreversibles y muy contraproducentes, más aún que la heroina, la cocaína y la marihuana.
Nada de fumar. Nada de tabaco y nada de drogas. Dañan al feto y además le pueden provocar mono al nacer. Es mejor que lo superes tú sola y te olvides, igual lo consigues ya para siempre.
Precaución con alimentos. Nada de comer cosas sin cocinar. La carne siempre pasadisima, el pescado frito. Los huevos crudos incluidos en determinados postres debes evitarlos. Si eres fanática del sushi obvialó durante 9 meses. Limpia a conciencia frutas y verduras. Todo esto es así porque este tipo de alimentos tienen más probabilidad de contener bacterías que te provoquen enfermedades a ti y, consecuentemente, a tu futuro hijo.
Adiós a la cafeína. El café, el té o cualquier estimulante pueden ser dañinos. Aquí si que se permite tomar una taza diaría si te cuesta mucho dejarlo pero lo mejor es que intentes reducir la cantidad e incluso engañarte a ti misma sustituyéndolo por descafeinados.
Ejercicido físico moderado. Esta bien que lleves una vida relativamente activa, pasees y hagas algunos otros ejercicios como la natación, pero siempre medido y nada de excesos. Vas a engordar, es lo más sano porque comes para dos y el feto pesa, pero no te obsesiones porque ya tendrás tiempo de recuperar la figura cuando estés cuidando del bebé.










