El verano nos llena de privilegios y momentos bonitos que se valoran todavía más porque en muchos casos, dichos placeres no son tan viables el resto del año. Un ejercicio de relajación mejora la calidad de vida porque mejora la gestión de las emociones y pone límites al estrés.
Pero existe un ejercicio que resulta relajante en sí mismo: contemplar el cielo estrellado de las interminables noches de verano mejora tu salud física y emocional.
Disfruta de la belleza trascendente
¿Existe algo más relajante que la belleza natural que carece de todo tipo de artificio? Los seres humanos del siglo XXI están tan acostumbrados a estar conectados a la técnica que han perdido su capacidad instantánea para conectar con ellos mismos a través de la naturaleza. Para ello, conviene crear el hábito consciente de apagar el teléfono móvil y salir a la terraza, tumbarte en una tumbona o en una hamaca y mirar el cielo sin pensar en nada, contemplando ese infinito que te desborda.
Pero además, es importante realizar el ejercicio positivo de mirar el cielo por la noche porque al final de la jornada es cuando puedes liberar todo el estrés acumulado a lo largo del día. El silencio de la noche, cuando se reduce también la contaminación acústica, propicia la concentración.
Los tratamientos de fisioterapia también se pueden completar con ejercicios de relajación.
Conecta con este instante
No importa los disgustos que hayas tenido a lo largo de la jornada. No dejes que nada empañe un momento tan maravilloso como el que estás viviendo porque la noche, es mágica. Y puede que el firmamento te regale, una estrella fugaz. Cuando te centras en contemplar la belleza y en disfrutar de ella, la mente también se libera poco a poco de toda energía negativa y se llena de toda la fuerza que rige el universo con una armonía y un orden especial.
Existen otros entornos especiales como la playa para realizar este tipo de ejercicios.