La lumbalgia está entre las cinco consultas médicas que realizan los adultos y se incrementan notablemente las chances de padecerla si las personas además son sedentarias u obesas.
Esta dolencia suele ubicarse hacia la parte baja de la espalda, la columna y su estructura musco esquelética cumplen un rol central con el comienzo del dolor. Es una dolencia que, con algunos cambios en nuestra rutina, como modificar nuestra postura y realizar actividad física, se puede evitar y prevenir.
Hay que recordar que este dolor no solo se puede presentar en la parte inferior de la espalda, sino que también podemos llegar a sentir dolores en las muñecas, hombros y cuello. Uno de las primeras señales de advertencia a las que tendríamos que prestarle atención, es si tenemos la sensación de pesadez o cansancio general y en particular en la zona lumbar, estos serían síntomas claros de estrés mecánico en músculos o también en las articulaciones.
Esto si se extiende en el tiempo suele causar molestias. Se estima que por lo menos hay 56 causas de lumbalgia y cada una no tienen mucha probabilidad de que nos causen dolor en la parte baja de la espalda, pero sí, si padecemos varias, aumenta exponencialmente esa probabilidad.
No debemos subestimar ninguna de estas dolencias, ya que si lo hacemos pueden dificultar la ayuda que nos pueden brindar los especialistas. Por este motivo si en un determinado momento padecemos algún episodio de dolor, es muy probable que otros le sigan y en ese punto realizar consultas médicas o cambiar nuestro estilo de vida pueden disminuir las chances de que suframos de alguna discapacidad.
Para evitar esta dolencia podemos tomar algunos recaudos a la hora de trabajar o de estudiar. Debemos cuidar nuestra postura, cuidar el sonido del lugar para no estresarnos y en lo posible realizar las actividades en lugares con cierta privacidad. También hay ejercicios que podemos incluir en nuestra rutina diaria para fortalecer la espalda y para evitar el sedentarismo.
Para el fortalecimiento de la espalda se recomienda practicar la natación, que ayuda a fortificar los brazos, la columna, los ligamentos y las piernas. No tenemos que olvidar que lo fundamental en este deporte es que, al practicarlo, la espalda no sostiene nuestro cuerpo por lo que la columna no sufre ningún tipo de presión extra.
También es muy recomendable para aquellos que están en proceso de recuperarse de alguna lesión o que sufran de dolores articulares. En este sentido la bicicleta fija fortalece las extremidades inferiores sin que suponga una carga extra para nuestra columna o espalda.
Lo fundamental en esta práctica es mantener una postura adecuada mientras la realizamos y ajustar a nuestra comodidad todos los accesorios de la bicicleta.
El pilates también es una excelente opción que, junto con la natación, es uno de los mejores deportes para nuestra espalda. Sin prácticamente ningún riesgo se puede fortalecerse sobremanera la columna vertebral y trabajar el área abdominal simultáneamente.
En el yoga podemos encontrar un excelente aliado para ayudarnos a lidiar con el estrés y también es muy útil para complementar nuestra rutina con ejercicios de estiramiento, para darle una mayor flexibilidad a nuestro cuerpo.