Tendinitis, causas, tratamientos y síntomas

La tendinitis es una lesión muy habitual, tanto en el ámbito deportivo como en el día a día. Es una lesión que surge en el tendón, la zona que une músculo y hueso. Con mayor frecuencia, la tendinitis aparece en codo, muñeca, hombro y talón. La tendinitis puede originarse por diferentes razones, desde una lesión deportiva hasta un ejercicio con sobrecarga. Hoy analizaremos las consideraciones más importantes para prevenir, tratar y curar este tipo de lesiones.

Las causas de la tendinitis

Las principales causas de una tendinitis incluyen:

  • Una sobrecarga del tendón.
  • Una lesión durante la práctica deportiva.
  • La edad, debido a la pérdida de elasticidad de los tendones.
  • Enfermedades como la diabetes y la artritis reumatoide.
  • Degeneración en el propio tendón.

Cuando sufrimos una tendinitis, el rasgo más identificable es un dolor a lo largo de toda la zona del tendón, o en la zona próxima a la inserción de la articulación. Puede ser un dolor mucho más fuerte cuando realizamos un movimiento determinado. En algunas ocasiones la piel que recubre el tendón se enrojece e irradia calor.

Es habitual que el dolor a causa de una tendinitis se acreciente por la noche, además puede haber un mayor malestar cuando realizamos algún movimiento o actividad que involucra el trabajo de la zona afectada. Dependiendo la intensidad de la tendinitis, podemos sufrir desde una molestia leve únicamente al hacer deportes hasta la imposibilidad total de mover la zona afectada.

¿Cómo se trata la tendinitis?

El tratamiento está principalmente orientado a reducir y aliviar el dolor y la inflamación de la zona afectada. Se recomienda el reposo absoluto, para que el tendón pueda relajarse y acelerar la recuperación. En casos graves se recomienda inmovilizar la zona para garantizar el reposo. También se utiliza el frío para aliviar la zona (inmediatamente después de una lesión) o el calor (48 horas después).

El reposo puede ser combinado con antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno. Ayudan de forma química a acelerar el descenso de la inflamación. El médico puede recomendar la práctica de ejercicios excéntricos que ayudan a tensar el músculo y a alargar el tendón. Otra forma de tratamiento incluye la fisioterapia manual en combinación con técnicas de ultrasonido, microondas u ondas de choque. Esto dependerá del tipo de lesión y de paciente.

Pese a lo que muchos creen, la tendinitis no suele ser tratada con cirugía. Esta patología tiende a recurrir a las cirugías únicamente cuando la inflamación es muy grande o dura mucho tiempo, en este tipo de casos se suele hacer una incisión para retirar parte del tejido inflamado o calcificado que origina el dolor constante.

Prevenir es curar

No curar adecuadamente una tendinitis puede ocasionar problemas a largo plazo. Cuando la inflamación se prolonga por demasiado tiempo, aumentan las posibilidades de lesiones aún más graves y rupturas del propio tendón.

Se recomienda hacer un buen calentamiento antes de empezar con la práctica deportiva, evitar los movimientos repetitivos que pueden sobrecargar el tronco inferior o superior y tratar de trabajar todos los grupos musculares para mantener la flexibilidad y la fortaleza.

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