La artritis es una patología que afecta a muchas personas, resultando realmente molesta y dolorosa. Hoy hablaremos de este tema. Comenzaremos recordando que el término artrosis significa literalmente inflamación de la articulación.
Dentro del significado se incluyen más de 100 enfermedades o condiciones diferentes que afectan a los tejidos que rodean a las articulaciones y a las articulaciones mismas, además de afectar a los tendones y a los músculos.
Son millones los adultos y un porcentaje menor de niños que sufren de artrosis o enfermedades similares. Las personas con artrosis tienen que afrontar día a día distintos retos como consecuencia de la enfermedad, pero actualmente hay distintas formas de encarar estos desafíos para poder llevar adelante una vida en plenitud.
Los ejercicios si se tiene artrosis
Una de las preguntas clásicas que se hacen las personas que sufren de artrosis es si pueden realizar ejercicios o actividad física. La actividad física es muy beneficiosa para la mayoría de las personas. Por mucho tiempo se creyó que las personas con artrosis no podían hacer ejercicio porque podían llegar a lesionar las articulaciones. Pero en la actualidad tanto los fisioterapeutas como los médicos consideran que este mito no es cierto.
En el caso de que se sufra de artrosis o de algunas enfermedad vinculada el ejercicio podrá resultar muy beneficioso ya que ayudará a mantener la flexibilidad de las articulaciones, fortalecer los músculos que rodean a las articulaciones para poder incrementar la resistencia. Además, existirá la posibilidad de retrasar el deterioro del tejido cartilagenoso o del tejido óseo.
Otra de las ventajas es que se incrementará la fortaleza de los huesos, se incrementará la capacidad para poder realizar las actividades diarias, mejora notablemente el estado de ánimo, se mejora el estado general de la salud y se obtiene más energía para volverse una persona más activa.
Cómo empezar
Antes de comenzar con una programa de ejercitación física lo que se aconseja siempre es hablar con el médico o con el fisioterapeuta, especialmente si no se ha realizado ninguna actividad física de manera regular en los últimos años.
En muchos casos serán los terapeutas físicos u ocupacionesles quienes se encarguen de diseñar un programa de ejercicios personalizado que se adapte a las necesidades especiales de cada uno de los pacientes.
Seguramente, los profesionales indicarán algunos ejercicios que ayuden en la amplitud de los movimientos y que incrementen el fortalecimiento para que las articulaciones sean más flexibles y los huesos y músculos más fuertes. Se mostrarán las técnicas más adecuadas y se darán sugerencias en base al historial de salud.
Se podrá, también, recibir información acerca de algún tratamiento de calor o frío para aliviar el dolor que genera la artritis. Se pueden diseñar programas que busquen mejorar la postura y el equilibrio, así se podrá ayudar a evitar caídas.
Los expertos en la materia señalarán cómo realizar las actividades diarias de manera que no se ejerza una tensión adicional en las articulaciones o se genere más dolor. En ciertos casos particulares se podrán ofrecer soportes, férulas, distintos aparatos ortopédicos y dispositivos que permitirán realizar los ejercicios de forma cómoda y con menos dolor.
