Hay varios motivos por los cuales el día laboral puede tener un impacto negativo en la espalda. Levantar objetos en una mala posición, la realización de movimientos repetitivos o permanecer sentados demasiado tiempo en sillas no ergonómicas pueden ser varios de los motivos por los cuales esta afección puede hacerse presente. El dolor de espalda puede afectarte en tu vida diaria, tanto en el trabajo como en el tiempo libre. Sin embargo, se puede revertir.
Si bien existen distintos tipos de dolor de espalda, como el fijo y constante o el agudo y punzante, cualquiera de estos puede desembocar en dificultades para la concentración de las tareas a realizar. Muchas ocupaciones pueden exigir de mas en los músculos de la espalda, e incluso el trajo de oficina diario puede generar una fuente de dolor o empeorar alguna condición preexistente.
¿Cuáles son las causas mas frecuentes de la aparición de dolor de espalda en el trabajo?
Como ya dijimos previamente hay una gran serie de factores que pueden influir para la aparición del dolor en el ámbito de trabajo.
Realizar demasiada fuerza en la espalda al levantar o mover objetos pesados es una de las mayores causas de lesiones. A esto también se le suma la excesiva repetición de ciertos movimientos sobre todo los que tienen que ver con rotar o torcer la columna vertebral. Otra de las principales causas puede ser la inactividad. Un trabajo muy sedentario o de escritorio puede definitivamente contribuir a este tipo de dolencia especialmente si existe una mala postura y una silla inadecuada.
El estilo de vida: factor clave en el dolor de espalda
Por supuesto, factores como el envejecimiento, la obesidad y la mala condición física son claves y también pueden contribuir al dolor de espalda. Aunque no se puede controlar la edad, uno puede centrarse en mantener un peso saludable, lo que minimiza la presión en la espalda y favorece la calidad de vida.
Para la mayoría de los adultos sanos el Departamento de Salud y Servicios humanos recomienda al menos de 150 minutos a la semana de actividad física aeróbica moderada, o 90 minutos de actividad intensa, junto con entrenamiento de fuerza como mínimo dos veces por semana.
Lo principal es tener una alimentación saludable, con suficientes dosis de calcio y vitamina D, que son los principales nutrientes que ayudan a prevenir enfermedades como la osteoporosis, responsable de muchas fracturas óseas que provocan dolor de espalda. Esto por supuesto debe combinarse con el ejercicio aeróbico del que hablábamos previamente.4
Unos claros ejemplos de ejercicios de este tipo son caminar o nadar. Además siempre se le deben agregar ejercicios que fortalezcan y estiren los músculos de la espalda y el abdomen. Excelentes ejemplos de este tipo de gimnasias son el Yoga, taichí o ejercicios con pesas que trabajan el equilibrio.
Siempre es importante prestar atención a la postura. Al momento de mantenerse de pie siempre distribuir el peso de manera equitativa en los pies. Fundamental es no encorvarse a la hora de trabajar, una gran ayuda para esto es elegir una silla que soporte las curvas de la columna.
