Hoy por hoy el deporte y la fisioterapia están unidos de una forma indisoluble. Es inimaginable pensar que equipos o deportistas de élite no tengan en su nomina o agenda un fisioterapeuta. Sin la participación de este profesional la recuperación tras un partido de tenis, fútbol o baloncesto, tras una carrera de 42, 60, o 190 km, o tras el ascenso a una cumbre del Himalaya estos deportistas después de tan importante esfuerzo sufrirían lesiones, fuertes dolores, calambres y una dudosa recuperación para el siguiente reto que tuviesen en un futuro inmediato. Desde hace muchos años el deporte profesional cuenta con la inestimable alianza de la fisioterapia.
El deportista amateur comienza a recibir atención por parte de fisioterapeutas, se está extendiendo de forma generalizada el convencimiento de que si practicas algún deporte de forma regular, seas o no profesional, has de recibir ciertos cuidados. La fisioterapia, no solo nos cura lesiones, contribuye de forma muy decisiva en la prevención de estas, en la recuperación tras la actividad deportiva y a que esa actividad tenga los efectos deseados en nuestro organismo.
Los tratamientos fisioterapeuticos son esenciales a la hora de alcanzar logros deportivos, sin ellos la vida activa del deportista seria mas corta, estaría plagadas de lesiones y no podría alcanzar metas mas ambiciosas. En definitiva con esta terapia lo que se consigue es: Prevenir lesiones, rehabilitar, recuperación muscular, aumentar el rendimiento. Está recomendada para cualquier actividad deportiva, ya sea profesional o aficionado, no solo es para curar y rehabilitar lesiones sino para prevenirlas, en definitiva cualquier persona que se dedique a la practica deportiva ha de acudir con cierta frecuencia al “Fisio” este le podrá asesorar en aspectos como estiramientos ante y post entrenamientos, programación de los mismos y sobre una correcta alimentación, mejorando así su rendimiento y minimizando riesgos.
La verdad ponemos poca atencion a esos detalles y por eso las lesiones, ya me a pasado,