Entre las lesiones de articulaciones el esguince se considera una de las más comunes, y se define como una torcedura violenta de una articulación cualquiera la cual provoca un estiramiento, las articulaciones que se afectan con mayor frecuencia son los tobillos, muñecas e incluso los dedos de la mano.
Cuando se siente dolor fuerte en la zona lesionada y se acentúa con los movimientos, cuando se muestra hinchazón, o cuando no se puede afincar la zona afectada es posible que este presente ante una lesión de esguince. El tratamiento para este tipo de daño es en primer lugar inmovilizar la zona lesionada con vendas elásticas, férulas o vendas, acompañado de un estricto reposo absoluto, además de aplicar compresas heladas en la zona para aliviar el dolor y desinflamar poco a poco la zona, y por lo general es muy efectivo mantener la zona afectada en alto.
Las personas que practican una actividad física son los más propensos a sufrir este tipo de lesión, por lo que es ideal practicar un adecuado calentamiento antes de iniciar la actividad deportiva para prevenir las lesiones, además es recomendable proteger las zonas que han padecido anteriormente una lesión como ésta para evitar nuevos daños.
Se conocen varios tipos de esguinces, como el esguince de primer grado que se ocasiona sin ruptura del ligamento, se apreciará la zona un poco hinchada y la persona sentirá dolor de intensidad variable, también se puede presentar un esguince de grado dos que se caracteriza por la ruptura parcial o total del ligamento, y en este caso la persona presentará un dolor muy intenso en la parte afectada y la recuperación de esta lesión requiere de una prolongación de tiempo mayor a la del grado uno. Por otro lado, también puede generarse un esguince grado tres, en la que se causa una ruptura total del ligamento por lo que la persona ameritará para este caso una intervención quirúrgica