Por razones de un mal desarrollo de las vértebras muchos pacientes sufren de las deformidades congénitas de la columna vertebral (raquis), esto sucede en promedio de la quinta semana de vida intrauterina.
Los pacientes que tienen escoliosis congénita también tienen un elevado porcentaje de riesgo en la anomalía en otros sistemas de órganos. Por ejemplo en un 10% están las anormalidades de tipo cardiacas con el 25% están las anormalidades del tipo genitourinarias y con el 40% de los riesgos se encuentran los problemas del tipo intraespinales.
Incluso por solo el hecho de estar seguros antes de una cirugía se le hacen al paciente una serie de diagnósticos y pruebas como una resonancia de la columna un ecocardiograma y ultra sonido renal, para estar lo suficientemente seguro de que solamente padezca de una escoliosis congénita.
En un niño pequeño es muy difícil lograr exactamente el tipo de malformación incluso ante el seguimiento radiológico, siendo así la mayoría de las veces se toma el procedimiento a través de la tomografía axial computarizada (TAC).
Este procedimiento dado la frecuencia de malformación del neuroeje debe de completarse con una resonancia nuclear magnética (RNM)
A causa de que en el momento de segmentación o en la falla de formación también pueden ocurrir algunas malformaciones nefrourologicas y cardiovasculares y es imprescindible que se descarte la existencia simultanea con malformaciones nefrourologicas y cardiovasculares.
Una mala formación puede dar origen también a hemivertebras o vértebras acuñadas y a veces la total ausencia de uno de los sectores de la vértebra.
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